El Sena, tiene como todos los ríos un efecto hipnótico, sedante, introspectivo.
Los artistas lo inmortalizan en sus lienzos,
los parisinos quedan absortos bajo los pensamientos que evoca.
Y los más afortunados disfrutan su companía.
Cosas que me divierten, me sorprenden, me llaman la atención bajo los efectos estimulantes de los viajes por el mundo.
En la plaza de Mont Martre pensé que me iba a encontrar con algo bohemio, real y no algo tan turístico. Dibujantes, artistas haciendo cuadros en 10 minutos, rodeado de bares y mitad de la plaza invadida por mesas de restaurantes. Es pintoresco, no muy real.